¿Quién soy yo?: Ni siquiera yo lo sé. ¿Por qué Mis Zapatos Rojos?: No lo sé. Ni siquiera tengo zapatos rojos. ¿Donde Vivo?: Soy de Urano, pero como están en guerra, y por ser hija del rey, me enviaron a un pequeño país llamado Argentina. ¿Edad?: ¿Acaso eso importa? ¿Profesión?: Licenciada en Perder el Tiempo.
Si no sabés que hacer, y tenés el tiempo contado para resolver un problema, lo único que queda es olvidarse de todo. Hacer algo que te distraiga, como ver una película, y cuando llegué el momento, resolverlo. Si no, te amargás el resto del tiempo que falta pensando una solución que, al fin y al cabo, nunca se te va a ocurrir. No siempre podés ir a llorar a tu mamá, porque, a veces, es ella la que te da los problemas. O simplemente, es que no te quiere ayudar. Porque si quisiera, lo haría. Y vos podrías seguir jugando con muñecas y Ponys. Pero hay que crecer.
No necesito esto. Si levanto el ánimo y actúo "feliz", me siento una mentirosa. Y si me preocupo demasiado, no puedo dormir. Realmente necesito hacer algo divertido. ¿Pero puedo? No. ¿Viaje? Pospuesto por otro viaje, en el que claro, no estoy incluida. ¿Cine? Pospuesto por trabajo. ¿La fiesta en casa con mis amigas? Cancelada. "Tenemos cosas más importantes que hacer", dicen. "Se paciente". Claro, para ellos es fácil decirlo. Tienen un trabajo. Es su vida. Pero, ¡hola! ¡También existo! ¿Que hay de mi vida? Se supone que debo tener una también.
Siento como si alguien estuviera apretanto el botón de stop en un control remoto. Trato de hacer y evitar cosas para poder volver a la normalidad. ¿Pero en qué tonterías pienso? Si yo no sé lo que es normal.
Honestamente, aveces desearía que mamá muriera. Todo sería más fácil. Oh Por Dios. Escribí eso. Realmente lo hice.